El aprendizaje en el ser humano es un proceso que precisa de estructuras cerebrales múltiples que le permitirán al alumno aprender. El cerebro es un musculo, y como todo musculo para poder funcionar bien, tiene que ser ejercitado, de otra forma perderá sus capacidades y no se desarrollara adecuadamente. Hay algo llamado plasticidad cerebral; Se preguntarán ¿qué es?, pues es la capacidad que tiene nuestro cerebro de modificarse y adaptarse ante el estímulo del aprendizaje, y hay dos factores que influyen altamente en ella y son la edad y las experiencias. La plasticidad cerebral es máxima en los primeros años de vida. Esto quiere decir que durante los primeros años de vida de nuestros niños, la capacidad de su cerebro a adaptarse a nuevos estímulos será mayor. En esta etapa su cerebrito hará la mayor parte de ejercicios destinados a que luego su musculo funcione a su capacidad máxima, y está comprobado que los niños expuestos a al menos dos idiomas serán más exitosos en el futuro, ya que la plasticidad de sus cerebros les habrán permitido desarrollarse y adaptarse a diferentes ambientes. Ser bilingüe en inglés en este punto es una ventaja aún mayor. El idioma inglés a diferencia de las lenguas romances es un idioma más simple de aprender, con una forma de conjugar verbos mucho más simple que el español, pero por otro lado hay sonidos (vocales largos y cortos, consonantes exóticas y combinaciones de varias letras que formaran un solo sonido) que un hispanohablante, en un principio, tiene dificultad de oír y pronunciar, ya que simplemente no existen en español, y el cerebro no está acostumbrado a diferenciarlos (ya que para nosotros suenan similares aunque realmente no lo sean), y por ende se hace difícil pronunciarlos ya que no estamos acostumbrados ni entrenados para esto. Un alumno que crezca siendo bilingüe en inglés por otro lado, crece en un mundo con puertas más amplias para el futuro, ya que sus habilidades serán siempre mayores a un alumno que solo hablase una lengua.